Revuelta mudéjar

Revuelta mudéjar es el nombre que reciben las revueltas de los mudéjares, es decir, los musulmanes andalusíes incorporados por la Reconquista a los reinos cristianos de la península ibérica.Este último concepto (el de revuelta morisca) es aplicado generalmente a las distintas revueltas conocidas como Rebelión de las Alpujarras, aunque más propiamente a la llamada Guerra de las Alpujarras de 1568-1571, pero conceptualmente no puede aplicarse al Levantamiento o Revuelta del Albaicín y la inmediata Revuelta de los mudéjares granadinos aún no bautizados (también llamada Rebelión o Revuelta de las Alpujarras, nombres que -para mayor confusión- se dan asimismo a dicha guerra).Esas últimas rebeliones propiamente mudéjares fueron iniciadas en 1499 como reacción a la intervención en Granada del Cardenal Cisneros (que endureció el tratamiento más contemporizador que caracterizaba a Fray Hernando de Talavera) y se prolongaron hasta 1502.La alternativa de emigrar era casi imposible, no sólo porque la gran mayoría, compuesta de campesinos, no podría afrontarla, sino porque las pragmáticas imponían requisitos, como la separación de los menores, que la hacían inviable.[6]​ Entre 1515 y 1516 se impone el bautismo o la expulsión de los mudéjares navarros tras haber sido incorporado ese reino a Castilla en 1512 por Fernando el Católico.