Revelación privada
Dentro del catolicismo, se mantiene una predisposición escéptica oficial hacia los relatos de revelación privada.Las revelaciones privadas son de diversos tipos, como las apariciones marianas y las visiones.El Catecismo enseña que la revelación divina fue cumplida, completada, y perfeccionada en Cristo.[11] Dado que los sacramentos forman parte de la revelación divina, no se puede cambiar su naturaleza (por ejemplo, recibir la Sagrada Comunión sin pecado mortal), pero sí se puede cambiar su modo de celebración (por ejemplo, recibir la Sagrada Comunión en la mano o en la lengua).[7] En la Iglesia Católica se han registrado varios tipos de revelaciones privadas.[25].[27] Sin embargo, es probable que María pudiera aparecerse en forma corporal por bilocación.Algunas revelaciones privadas producen grandes cantidades de texto, mientras que otras se reducen a unas pocas frases comunicadas.Por ejemplo, el sacerdote Stefano Gobbi produjo un libro de mensajes atribuidos a la Virgen María, mientras que María del Divino Corazón Droste zu Vischering simplemente escribió dos cartas al Papa León XIII con un mensaje atribuido a Jesucristo, incitando al Papa a consagrar el mundo al Sagrado Corazón de Jesús.[34][35] La Iglesia tampoco considera que las revelaciones privadas tengan autoridad sobre el Papa o los obispos en comunión con él, porque la Iglesia, el obispo y la revelación pública tienen autoridad divina como cuestión de fe,[36][37][38][39] mientras que las revelaciones privadas no son cuestión de fe sino que se creen con fe humana.[22] Las revelaciones privadas ni tienen autoridad divina ni pueden ser creídas con fe divina y católica,[22] y una prueba de ello es que el Magisterio interpreta infaliblemente la Palabra inerrante de Dios,[40] mientras que los santos pueden cometer errores sobre los detalles de las revelaciones privadas,[41] ya que la naturaleza humana caída es proclive al pecado y al error.Una fuente humana común de falsas revelaciones es la pareidolia, en la que la gente ve visiones o escucha voces donde no las hay.[51] Es una idea errónea que la iglesia se apresura a aceptar la enfermedad mental o el abuso de drogas, como esquizofrenia o alucinógenos, para la revelación privada y la actividad demoníaca.[54] La Iglesia católica utiliza la Normae Congregationis de 1987 para discernir y juzgar las revelaciones privadas.En primer lugar, el obispo católico local juzga la supuesta revelación según sus frutos.[64] Una revelación privada que no sea digna de fe puede ser investigada más a fondo o, si se encuentran malos frutos, condenada.Una revelación condenada no puede ser seguida, creída o publicada por los fieles.[65][66].No todos los informes de revelaciones privadas son aprobados, aunque tengan buenos frutos.[73] Sin embargo, nadie está obligado a creer en una revelación privada, ya que no es una revelación pública;[74] como nadie está obligado a practicar la piedad popular, pues no es la liturgia.