[1] Una fracción de los residuos domiciliarios totales generados sigue su curso a un relleno sanitario, mientras que la otra continúa hacia el reciclaje.
[2][3] El residuo sólido urbano no comprende los catalogados como peligrosos, aunque se pudieran producir en los anteriores lugares o actividades.
La gestión se inicia con la generación, en la cual se deben tener en cuenta los principios de minimización en la producción de los mismos (teniendo en cuenta que los residuos generados son proporcionales al nivel desarrollado), recolección, transporte, transferencia, tratamiento y disposición final de los mismos de una forma segura, tanto para el personal que labora en dicha actividad, como para la población, sin causar impactos negativos al medio ambiente, con los mínimos costos, respetando las normas legales nacionales y los convenios internacionales.
El transporte debe realizarse en vehículos habilitados y debidamente preparados para asegurar que no se dispersen los residuos en el ambiente.
Algunos tipos son: Una vez recolectados y antes de ser depositados en los sitios de disposición final (o rellenos sanitarios), los residuos sólidos pueden ser sometidos a procesos que produzcan beneficios técnicos, operativos, económicos y ambientales.