Relicario de la Flor de Lis

El origen del relicario no está establecido históricamente.

Los monjes del vecino convento de San Gil intentaron, sin éxito, salvar el relicario que se encontraba alojado en la sacristía-relicario del Alcázar, bajo la capilla.

[5]​ No pudieron lograrlo por estar cerradas las rejas que daban acceso al relicario y no contar con las llaves.

La última noticia sobre el relicario la dio Félix de Salabert, marqués de la Torrecilla, y se produjo el miércoles 29 de diciembre de 1734, durante los trabajos de desescombro del Real Alcázar:se sacó entero, en una cajita, la preciosa reliquia del Lignum Crucis, el clavo (el cual pidieron) los peones se les diese á adorar ó que no trabajarían, lo que se les concedió.

La custodia contenía distintas reliquias de importancia entre las que se contaba un lignum crucis, un clavo de la cruz así como otras reliquias.

Clavo de Cristo, que había pertenecido al Relicario de la Flor de Lis, en el relicario en el que se conservaba en 1924 y que había sido encargo de Isabel II al joyero real Carlos Pizzala .