[2] Los liberales - divididos entre ximangos y exaltados- buscaban que Pedro I confirmase la moderación del gabinete y lo desconectase del marco institucional heredado de su padre, Juan VI en oposición a los restauradores -que abogaban por la permanencia.
[2] A pesar del receso parlamentario, pocas horas después de la abdicación se reunieron los senadores y diputados que estaban en la Corte.
[2] Quedaba así conformada por un militar de evidente prestigio, un liberal y un conservador, respectivamente.
Tan joven, el muchacho tuvo que agitar su pañuelo sobre una silla, en una escena representada por Jean-Baptiste Debret.
[6] El mismo día, la Junta promulgó un decreto por el que se concedía la amnistía "a los ciudadanos condenados o incluso sentenciados por delitos políticos y a los militares procesados por delitos de deserción".
[7] Andrada, paulista, había pedido al diplomático francês Eduardo Pontois que apoyase un posible traslado del joven príncipe, en caso de necesidad por inestabilidad política, a São Paulo, a donde trasladaría la capital, recibiendo una respuesta evasiva por parte del extranjero.
[7] D. Pedro I permaneció en aguas brasileñas hasta su regreso a Europa; embarcado inicialmente en la fragata inglesa Volage, fue en la corbeta francesa La Seine en la que zarpó el antiguo emperador.
En Bahía, con el pretexto de viejas desavenencias, los brasileños atacaron a los portugueses y tuvo que ser pacificada.
Lima e Silva fue así el único miembro de la Regencia Provisional que permaneció como regente.
El padre Diogo Antônio Feijó, que también era diputado, fue nombrado ministro de justicia para hacer frente a esta situación.
[2] A los partidos Moderado (ximangos) y Exaltado (jurujubas o farroupilhas) se unió más tarde el Restaurador (llamado Caramuru), que predicaba el retorno del emperador Pedro I, y estaba liderado por José Bonifácio,[2] que había recuperado su antiguo prestigio político al ser nombrado tutor del joven monarca.
Parte de los disturbios, provocados por Andrada y los "Caramurus", tenían como objetivo desestabilizar la Regencia.
Responsabilizando al tutor del pequeño infante real, Feijó exigió su dimisión de este cargo llegando a declarar: "'o José Bonifácio deja la tutela, o yo dejo la cartera de Justicia'".
Sin embargo, el Patriarca no se recuperó de este último golpe y murió pocos años después en Niterói.
La propuesta inicial contenía cambios bastante radicales destinados a ampliar el poder provincial tales como: la elección del regente único sería hecha por las asambleas provinciales, además de los senadores; éstos -los senadores- perderían su mandato vitalicio; el poder de veto del Ejecutivo sería limitado y podría ser anulado por mayoría simple de los parlamentarios.
Entre sus mayores innovaciones estuvieron: João Batista Ribeiro de Andrade Fernandes destaca que la política tomó entonces un nuevo rumbo, con la supremacía del Partido Moderado:
[3] Mal de salud,[15] desanimado y sin la misma energía que le caracterizaba cuando estaba al frente del Ministerio de Justicia, [3] el sacerdote acabó haciéndose impopular debido a su intransigencia y, al perder el apoyo de su gran aliado Evaristo da Veiga fallecido prematuramente, Feijó no pudo formar el ministerio que deseaba y acabó dimitiendo.
[2] El día anterior a su dimisión, Feijó había nombrado ministro del Imperio al reflexivo y tolerante conservador Pedro de Araújo Lima.
[3] Entre los principales logros de este período interino se encuentra la fundación del Colegio Pedro II en 1837.
[2] Su gobierno promovió una intensa represión de los rebeldes, con gran violencia en Bahía y Maranhão.
Ya en 1839, tomaron la ciudad de Caxias, mientras los esclavos fugitivos se instalaban en quilombos en la selva.
[20] Belém fue atacada por una tropa compuesta en su mayoría por mestizos, indios y negros, entre los que destacaba como líder el cearense Eduardo Angelim que había emigrado a esa provincia tras una gran sequía y tenía 21 años.
Se formó entonces un gobierno provisional, en el contexto de una República Bahiana, que entretanto sería interina hasta la mayoría de edad del Emperador: esto ha provocado controversia entre los historiadores sobre el efectivo carácter liberal y republicano del movimiento.[22].
[23] Salvador tenía la mitad de su población formada por negros que ejercían actividades liberales rentables para sus amos en profesiones como sastre, carpintero, vendedor ambulante, etc.
Bajo el mando de Giuseppe Garibaldi, se proclamó en Santa Catarina la República Juliana, unida en confederación a la Riograndense.
[16] Las regencias no consiguieron acabar con la sublevación, que sólo fue derrotada durante el Segundo Reinado.
[20] Estas dos corrientes surgieron durante la primera elección para elegir un Regente, con dos candidatos opuestos.
[16] Ya en 1827, la educación contaba con una Ley General, que instituía la creación de escuelas primarias en todos los pueblos, estableciendo el suelo salarial y las materias a impartir.
La litografía muestra a Justiniano José da Rocha[30] un periodista que había sido contratado por un gran sueldo para ser director del periódico Correio Oficial y, en el grabado, aparece de rodillas recibiendo una bolsa de dinero del gobernante.
[33] La prensa de la época, por lo tanto, tenía como principal objetivo formar opinión, interviniendo directamente en la vida política.