Dicho proceso pretendía lograr una simplificación del culto ortodoxo en cuanto fuese posible para acercarlo a los feligreses rusos, inspirar una verdadera devoción que no fuese meramente formal, junto con pretender lograr una autonomía de la Iglesia respecto del Estado en un contexto en que se producía un fortalecimiento del absolutismo en Rusia.
Sin embargo, poco se pudo hacer a favor de los "viejos creyentes", después de este suceso el zar siguió apoyando a Nikon, mientras que los conservadores odiaban más y más la postura religiosa del zar.
Las revueltas continuaban, cada vez con más furor y violencia, los sacerdotes eran castigados cruelmente, mientras que las reformas seguían imponiendo su sombra frente a los conservadores.
Años más tarde, Avvakum murió quemado en la hoguera junto con otros "viejos creyentes", esto enfureció aún más a la iglesia ortodoxa, que siguió resistiéndose a las reformas del patriarca Nikon.
La relación entre el zar y Nikon empeoró rápidamente, esto se debió a que la arrogancia e ira del reformista subían como la espuma.