Referéndum de Quebec de 1980

El resultado fue una auténtica revolución cultural en la que la Iglesia católica perdió influencia.

Como en otras partes del mundo, los jóvenes se autoafirmaron, surgieron nuevos estilos musicales, hubo profundos cambios morales y una revolución sexual.

Los quebequeses sintieron que estaban marginados políticamente y discriminados con respecto a los canadienses anglófonos.

Todo ello tuvo como consecuencia un renacimiento del sentimiento quebequés que derivó en el surgimiento de un nuevo nacionalismo.

[6]​ Los francófonos quebequeses pasaron de verse como una minoría en Canadá a sentirse como una mayoría en la provincia.

[18]​ El Partido Quebequés quería celebrar un referéndum para aprobar su proyecto, pero no se podía dar por sentado que el gobierno provincial fuera competente para convocar una consulta de este tipo.

La Constitución canadiense no contemplaba expresamente esa herramienta de democracia directa.

Sin embargo, sí existían precedentes de consultas anteriores: en 1899 se celebró en Canadá un referéndum sobre la ley seca, en 1919 hubo un referéndum sobre la misma cuestión en la provincia de Quebec y en 1942 se había celebrado otro a nivel nacional sobre el servicio militar.

La consulta provincial de 1919 se había realizado amparada en una ley especial aprobada al efecto.

[nota 3]​ Este organismo tenía como finalidad celebrar reuniones públicas para conocer las opiniones de personas físicas y asociaciones respecto a la unidad de Canadá y asesorar al gobierno al respecto.

Finalmente, la Comisión propuso una revisión del federalismo que recibió gran apoyo en Quebec aunque fue archivada por Trudeau.

[25]​ Por su parte, Lévesque intentó moderar el componente más nacionalista del PQ y en junio de 1979 presentó oficialmente su propuesta constitucional: «Quebec - Canadá: Un nuevo trato.

[27]​ En la práctica, esto debilitó la propuesta independentista, pues un resultado afirmativo en la consulta implicaba la realización de negociaciones entre el gobierno de Quebec y el federal, negociaciones que podían no llegar a buen fin.

Trudeau cuestionó la viabilidad de un Estado quebequés independiente y ofreció una reforma constitucional a cambio del «No».

Trudeau consideró favorablemente el texto, pero evitó entrar a debatir en detalle sus propuestas y mantuvo una postura ambigua.

[36]​ También parecía existir una clara diferencia entre hombres y mujeres, siendo estas más reacias a votar afirmativamente.

El comentario ofendió a numerosas amas de casa, lo que redujo los apoyos del «Sí».

Además se pronunció por un aumento de la ya importante descentralización del país.

[38]​ El 20 de mayo se celebró la votación con una participación del 84,3%, un porcentaje sin precedentes en Canadá.

Su nacionalismo fue visto como etnocéntrico y cerrado, marginó a determinados votantes por su origen étnico, usó un tono excesivamente violento, infundió incertidumbre respecto a la economía y provocó el rechazo de las provincias anglófonas.

Por el contrario, se considera generalmente que el gobierno federal utilizó razonablemente bien las agencias gubernamentales que había creado, proporcionando información clara y fiable, y ofreciendo una alternativa federalista aceptable para muchos quebequeses francófonos.

El nuevo gobierno provincial firmó un pacto con otras ocho provincias en el que renunciaba a dos importantes reivindicaciones: la exigencia de derecho de veto y la oposición a una repatriación constitucional sin previa modificación competencial.

[41]​ En 1982 se modificó la Constitución, que incluyó una carta de derechos y libertades.

Pero la reforma acarreó una mayor centralización federal y la imposibilidad para las provincias de vetar la Carta, lo que fue percibido como un engaño por muchos quebequeses.

René Lévesque fundó el Partido Quebequés con la intención de obtener la independencia de Quebec .
El primer ministro Pierre Trudeau fue el principal adversario del independentismo.