Esto hizo que muchos quebequeses se sintieran decepcionados y hasta traicionados por el ejecutivo federal.
Muchos quebequeses francófonos se sintieron defraudados con el gobierno federal del conservador Brian Mulroney y surgió el Bloque Quebequés dirigido por Lucien Bouchard, que se convirtió en segunda fuerza parlamentaria de Canadá en las elecciones federales de 1993.
Su líder, Jacques Parizeau, era un firme partidario de la independencia y había llegado a abandonar el partido años atrás cuando René Lévesque había impuesto una línea conciliadora en la cuestión de la reforma constitucional.
[13] Esta Ley de Soberanía fue debatida en la Asamblea, pero no fue sometida a votación porque se consideraba que el previsible resultado favorable del referéndum lo hacía innecesario.
Los votantes estaban cansados por tantos años de debates constitucionales y las primeras encuestas eran claramente favorables al «NO».
No obstante, la actuación de los dos bandos produjo cambios en la opinión, a juzgar por lo que dijeron los sondeos.
Afirmaron insistentemente que las demás provincias aceptarían firmar un acuerdo de asociación de tipo confederal con un Quebec independiente que permitiría seguir usando el dólar canadiense, establecer una doble ciudadanía y mantener una unión económica.
Pero los sondeos indicaron que el voto afirmativo había caído por debajo del 40%.
Además, reemplazó los fríos argumentos económicos por un emotivo lenguaje sentimental que apelaba al orgullo de los quebequeses como nación.
El líder del PLQ, Daniel Johnson, se mostró incapaz de contrarrestar lo que algunos denominaron «efecto Bouchard».
Los inuit celebraron otra votación dos días más tarde y se pronunciaron contra la separación por un 97%.
Es difícil saber si esta reacción perjudicó o benefició a los separatistas, cuyos líderes la calificaron como «pánico».
[23][24] La contraofensiva federalista molestó a los líderes separatistas, que realizaron preparativos para proclamar la independencia de inmediato y crear un ejército quebequés.
[25][26] Los medios anglófonos interpretaron el resultado como la confirmación de la unidad canadiense, mientras que los francófonos señalaban la división social existente en Quebec.
Finalmente, Bouchard fue elegido sustituto de Parizeau al frente del PQ.
El porcentaje alcanzaba al 74% entre los que habían votado a favor de la separación.
[20] El gobierno federal del liberal Jean Chrétien promovió la adopción de tres medidas tendentes a satisfacer las aspiraciones quebequesas: Estas medidas no satisficieron las aspiraciones del nacionalismo quebequés por no tener valor legal o estar expuestas al cambio de la coyuntural mayoría parlamentaria.