En este documento, Juan Pablo II vuelve a enfatizar elementos claves de Quamquam Pluries con respecto a la posición de San José en la Iglesia y su conexión con María, el cual ya fue reconocido en su encíclica Redemptoris Mater, donde escribía:"Junto con María, José es el primer guardián de este misterio divino.Todo lo que es llamado vida ''privada'' o ''escondida'' de Jesus está confiada al guardián José."[5]El papa Juan Pablo II señaló que fuera de aquel papel de guardián tan legal del niño Jesús, José cumplió todas las obligaciones que le concernían: en habiendo circuncidado a su hijo según la ley, en conferirle un nombre, y en presentarle en el Templo en el tiempo prescrito....Por su parte, Jesús "era obediente a ellos" (Lc 2:51), respetuosamente devolviendo el afecto de su 'padres'.Bastante, es uno que plenamente participaciones en auténticos humanos paternales y la misión de un padre en la familia.