Su empleo en estudios sociológicos y antropológicos, o en historia permite conocer las condiciones culinarias, los gustos, e influencias de un periodo.
Las recetas culinarias anteriores al siglo XX poseían más una estructura narrativa que permitía cierta creación literaria paralela.
[7] Si la receta se dirige al público en general, debería estar escrita en lenguaje llano.
Las recetas formales incluyen como elementos: En recetas editadas en libros, o recetarios culinarios, usualmente se incluye una fotografía del plato ya montado, y generalmente ya decorado para su muestra a los comensales.
Si el ingrediente indicado no es habitual al lector, proporcionar consejos acerca de donde poder encontrarlo.
[8] En las recetas se incluye a veces el cómputo total de calorías que supone su ingesta, así como cualquier indicación nutricional.
En las recetas culinarias generalmente es menos deseable conocer el origen histórico, sociológico del plato.
En otras ocasiones las recetas culinarias están libres de licencias, y su elaboración no está regulada por organismo alguno.