Durante ese siglo se crearon otras Academias en Cádiz, Nápoles y Milán, pero la más importante fue la de Bruselas.
Desde ese cargo y para formar los oficiales que necesitaba para el cuerpo, Verboom quiso fundar la academia, tomando como modelo la de Bruselas, lo que consiguió, acabados los episodios bélicos, y el 15 de octubre de 1720 comenzó a funcionar bajo la dirección de D. Mateo Calabro.
En ella se impartía un amplio abanico de materias: matemáticas (Aritmética, Geometría, Álgebra, Trigonometría) y mixtas (Física y Mecánica, Hidráulica, Arquitectura civil y militar, Artillería, Óptica, Astronomía, Geografía, Náutica, etc).
De los 60 alumnos que terminaban sus estudios, tan solo unos 10 aprobaban el examen.
El resto volvía a sus regimientos donde, además de aplicar los conocimientos en su labor diaria (era muy importante la enseñanza del funcionamiento de la artillería), debían dar clases a sus compañeros de las materias que habían aprendido allí.