Raquel (Miguel Ángel)

Junto con Lea, la estatua de Raquel se destinó a completar la decoración de la última versión del monumento funerario del papa Julio II del 1542-1545, obra titánica a la cual el artista había trabajado durante casi cuarenta años.

Un mes después de Miguel Ángel estipuló un contrato con Raffaello de Montelupo para llevar a término las cinco estatuas faltantes de la tumba, comprendiendo Lea y Raquel, si bien para estas últimas dos el maestro se reservó una nueva ejecución por su propia mano poco después.

Parece sin embargo que el pulido y el acabado se dejó a su ayudante.

Raquel, heroína bíblica, está representada como una mujer encapuchada envuelta en un largo y pesado manto, cuya tela se adhiere al cuerpo con pliegues largos y dentados, proporcionando efecto húmedo.

Sus ojos se dirigen al cielo, mientras realiza una torsión comedida y tiene las manos unidas en la posición típica de la Esperanza.