El establecimiento contaba con capilla, cementerio, casas, cuadras, almacenes, cuarteles para la tropa, dependencias para los prisioneros y quintas para su alimentación.
Tras la entrada de Martín Rodríguez contra los indígenas y la posterior redada en la estancia de Francisco Hermógenes Ramos Mejía, quien mantenía excelentes relaciones con tribus pacíficas, la situación en la frontera se deterioró rápidamente.
Lara consiguió rescatar a su familia y en 1826 inició las tareas de reconstruir el pueblo según planos del ingeniero José M.Romero.
Iniciada la guerra del Brasil, Lara estuvo comisionado junto a Pedro Antonio Capdevila y Benito Machado de la recolección de caballadas para el ejército republicano, llegando a remitir 1445 caballos en su mayor parte donados.
Tras retirarse del ejército, Lara se afincó en la ciudad que creara.