[1] Nacido en las Baleares por razón del destino paterno, un militar e hidalgo extremeño, ingresó en la Compañía de Jesús en Madrid en noviembre de 1752 y recibió la ordenación sacerdotal en Alcalá de Henares diez años más tarde.
Residió en Ferrara y Forli, donde coincidiría con Lorenzo Hervás, de quien fue amigo y colaborador íntimo hasta el punto de que, a su muerte, en 1809, Hervás le nombró heredero y fideicomisario de sus últimas voluntades, legándole sus manuscritos.
[2] En 1775 se estableció en Roma donde, según su propia confesión, se sumergió en las bibliotecas para escapar de la tristeza que le producía el exilio y la supresión de la Compañía.
A este propósito corresponden la apología de Hernán Cortes, L'eroismo di Ferdinando Cortese confermato contra le censure nemiche (Roma, 1806), sus Avvertimenti amichevoli all’erudito traduttore romano della Geografia di W. Gutrie, publicados sin nombre de autor en Nápoles en 1799, donde respondía a los numerosos errores que acerca de la geografía americana contenía la Geografía universal de William Guthrie, al tiempo que atacaba al dominico Bartolomé de las Casas,[6] o los tres volúmenes de Observaciones a la Storia antica del Messico, del también jesuita Francisco Javier Clavijero.
[7] Con Osservazioni sulla patria del pittore Giuseppe di Ribera detto lo Spagnoletto (Roma y Nápoles, 1796), opúsculo del que salió traducción castellana impresa en Valencia en 1828,[8] salía en fin al paso de quienes pretendían hacer napolitano al pintor Jusepe de Ribera.