En 1627, el joven Raimondo Montecuccoli ingresó en el ejército del Sacro Imperio Romano Germánico y pronto empezó a evidenciar talento para la milicia.
[5] Después de esta batalla se le confió un ejército para defender Silesia.
Raimondo Montecuccoli fue ascendido a Mayor General pero no se le confió ningún mando superior para la campaña de 1646.
Tras la paz fue incluido en una comisión que tenía como finalidad planificar la reconstrucción del Sacro Imperio Romano Germánico.
[7] El Sacro Imperio Romano Germánico ingresó en una alianza con Brandeburgo, la República de las Dos Naciones y Dinamarca para combatir a los suecos que habían invadido Polonia.
Raimondo Montecuccoli recibió el mando de un ejército en la Primera Guerra del Norte.
En agosto avanzó contra el ejército otomano que se retiraba de Transilvania y le persiguió hasta Cluj-Napoca.
Sin embargo, en invierno fijó sus cuarteles a orillas del río Theiss y los turcos aprovecharon la ausencia del ejército imperial para regresar a Transilvania y poner bajo asedio Cluj-Napoca.
Montecuccoli, con fuerzas muy inferiores, adoptó una posición fuerte en la confluencia del río Danubio y el río Leitha entre Komárom y Bratislava pese a la oposición que mostraba Nikola Zrinski a esta estrategia.
La victoria de San Gotardo reportó a Raimondo Montecuccoli una gran reputación.
[12] En 1673, Guillermo consiguió que se le unieran España, el Sacro Imperio, Dinamarca y varios príncipes alemanes como el elector de Brandeburgo y el elector palatino.
Montecuccoli atacó sus bases de suministro y obligó al ejército francés a retirarse a Philippsburg, ocasión que aprovechó Montecuccoli para marchar al norte y unirse a Guillermo de Orange entre Maguncia y Andernach.
Montecuccoli se tuvo que enfrentar al Mariscal Turena, quien había cruzado el Rin en Ottenheim, cerca de Estrasburgo.
El mariscal francés había decidido atacar a medio camino entre Estrasburgo y Baden en Salzbach.
Luis XIV no tuvo más remedio que desplazar al Príncipe de Condé desde Luxemburgo para hacer frente a Raimondo Montecuccoli.
[14] En 1680 fue invitado por Leopoldo I para que lo acompañara en un viaje a Italia, donde Carlos II de España había concedido a Raimondo Montecuccoli el ^ducado de Melfi en Nápoles.
Estas obras eran conocidas en Viena cuando Raimondo aún estaba vivo pero no se publicaron en el resto de Europa hasta el siglo XVIII.