Rafael Fortún

En este deporte llegó a demostrar soltura al correr las bases, aparte de su buen movimiento en los jardines.

[1]​ Se dice que sus entrenamientos los realizaba descalzo, hasta que el sacerdote Pedro Jaime Massaguer le obsequió sus primeras zapatillas de carrera.

Se convertía así en el tercer atleta de su país en participar en dicho evento, siendo los anteriores Félix «El Andarín» Carvajal, en San Luis 1904 y José «Pepe» Barrientos, en Ámsterdam 1928.

Sin embargo, Fortún se convirtió en el primer campeón panamericano de los 100 m y 200 m con marcas de 10,6 s y 21,3 s; mientras que en el relevo de 4 × 100 m nuevamente tuvo que conformarse con la presea plateada.

[2]​ Pese a las circunstancias adversas, no interrumpió sus entrenamientos, y además se hizo acreedor de la solidaridad de sus compatriotas que hicieron una colecta para comprarle una casa a sus padres, por lo que las autoridades de gobierno, ante la entrañable muestra popular, decidieron restituirle en su trabajo ya con un mejor puesto.