Buenos Aires había sido elegida por primera vez para organizar los Juegos Panamericanos en 1942, pero las secuelas de la Segunda Guerra Mundial continuaban en el mundo y se optó por realizarlos en 1951.
Además existieron otros escenarios deportivos en distintos clubes, que recibieron a otras disciplinas.
En el palco oficial se encontraban, entre otras personalidades, el presidente de la república, Juan Domingo Perón junto con su esposa, la señora Eva Duarte.
Luego, el baloncestista argentino Oscar Furlong procedió a izar la bandera olímpica y el presidente Juan Domingo Perón declaró inaugurados los I Juegos Panamericanos.
Poco después, el atleta griego Aristidis Roubanis encendió el primer pebetero panamericano de la historia.
Fue la única vez que el país sudamericano finalizó en esta posición en toda la historia de los Juegos Panamericanos.