Estas eran adecuadas contra los primeros tanques alemanes, tales como el Panzer I y el Panzer II, pero mientras la guerra avanzaba, resultaron ser casi inútiles contra los tanques más pesados Panther y Tiger I.
En consecuencia se desarrolló la RPG-43, que fue producida en grandes cantidades hasta el final de la guerra.
Su alcance estaba limitado a cuan lejos podía lanzarla el usuario, siendo obiviamente más corto que el de la Bazuca estadounidense o del Panzerfaust alemán, por lo que el usuario debía acercarse al tanque y corría más riesgo de ser visto.
Para esto, el usuario debía acercarse a un tanque enemigo, lo que frecuentemente era peligroso.
A pesar de tener una potente ojiva, su lanzador debía tener experiencia para emplearla, ya que su ojiva era de carga hueca y solo era efectiva si impactaba en un ángulo cercano a los 90°.