Quiebra del Creditanstalt

[10]​ El Banco Nacional austriaco, no obstante, puso en marcha en 1929 una compleja red de cuentas en bancos intermediarios para contribuir —posiblemente de manera ilegal— al sostenimiento del Creditanstalt y compensarlo por las deudas heredadas del Bodencreditanstalt.

[15]​ Los directivos del banco privado conocían, a pesar de sus declaraciones posteriores, la mala situación del banco absorbido —que otras entidades bancarias se habían negado a comprar— y desde ese mismo año falsearon[16]​[17]​ sus propias cuentas para mostrar beneficios inexistentes.

[20]​ Cuando estalló la crisis del Creditanstalt, la economía austriaca llevaba dieciocho meses en recesión.

[10]​ El sistema de absorciones que había permitido anteriormente resolver de manera temporal las crisis bancarias resultó inservible esta vez: no existía ya ningún banco lo suficientemente grande como para adquirir el Creditanstalt.

[32]​ Las Cortes aprobaron urgentemente una ley que permitía la aportación estatal al banco y la petición de un crédito complementario de ciento cincuenta millones, si este resultaba necesario.

[34]​ La retirada de fondos del banco quebrado remitió en unos días, pero continuó,[35]​ al principio debido a los reintegros solicitados principalmente por los depositantes austriacos, a los que luego se unieron los inversores extranjeros.

[37]​ Los franceses, contrarios a la unión aduanera anunciada por austriacos y alemanes, estorbaban la concesión de créditos y los británicos exigían una garantía estatal de las inversiones en el banco quebrado para plantearse otras nuevas.

[39]​[36]​[35]​ El exiguo crédito del BPI, que llegó demasiado tarde para devolver la confianza a los inversores y ahorradores, obligaba al aval estatal.

[34]​ Viena quedaba a merced de París, situación que había deseado evitar, sin éxito.

[2]​ La situación del Banco Nacional era además peor de lo que se apreciaba públicamente, ya que gran parte de sus reservas se hallaban en realidad inmovilizadas en préstamos clandestinos.

[18]​ Esta debilidad del banco austriaco aumentaba la vulnerabilidad de la divisa, ya que no se contaba con los fondos necesarios para defenderla.

[44]​ Tanto Alemania como Francia[30]​ trataron de aprovechar la situación para controlar Austria.

[46]​ Al mismo tiempo, los franceses estaban retirando sus depósitos de los bancos austriacos, para acentuar la crisis y obligar al Gobierno vienés a claudicar y que accediese a las condiciones políticas que el Gobierno francés deseaba imponer.

[51]​ Los ciento treinta bancos extranjeros acreedores de Creditaanstalt habían exigido la aprobación del aval, amenazando con retirar sus fondos (un 37 % de los del banco austriaco) si el Gobierno no transigía.

[52]​ El aval gubernamental era enorme: las inversiones garantizadas se calculaban en unos quinientos millones de chelines.

[48]​[53]​[nota 6]​ Ender trató de formar un nuevo Gobierno, pero únicamente si se le otorgaban amplios poderes que le permitiesen legislar por decreto para poder afrontar la crisis económica, condición que no fue aceptada.

[55]​ Para encabezar un gabinete en minoría con poderes dictatoriales Seipel no obtuvo suficiente respaldo en su propio partido y tuvo que abandonar el intento de formar gobierno.

[52]​ El aval, sin embargo, no detuvo la retirada de fondos del banco ni atrajo nuevos préstamos, como esperaban las autoridades austriacas.

[54]​ La importancia del banco, el primero de Austria, sus grandes inversiones en Europa oriental y la presencia de inversores extranjeros, hicieron que el pánico por la situación financiera se extendiese pronto por Europa central y oriental.

[61]​ El desempleo había crecido un 28 % desde 1930 y el déficit presupuestario no dejaba de crecer: a finales de junio había alcanzado los doscientos quince millones de chelines —los cálculos gubernamentales habían previsto únicamente ciento treinta y seis para todo el año—.

[68]​ Acatando las directrices de la Sociedad, en octubre el canciller Buresch aprobó varias impopulares medidas para reducir el gasto estatal, con la colaboración de la oposición socialista: se recortó el sueldo de los empleados públicos, se crearon nuevos impuestos y se aumentaron algunos ya existentes.

[71]​ Schober no permaneció en el nuevo gabinete de Buresch formó dos días más tarde.

[75]​ El acuerdo con los acreedores extranjeros en enero de 1933 no acabó con los problemas financieros austriacos.

[76]​ La quiebra del banco permitió a Francia evitar la unión audanera que habían acordado el ministro de Asuntos Exteriores austriaco Johann Schober y el Gobierno alemán de Heinrich Brüning.

Se declaró una moratoria del sistema bancario que congeló gran cantidad de créditos a corto plazo, lo que desbarató los objetivos del presidente estadounidense y agudizó la crisis en ese país.

[59]​ En Europa del Este, la crisis financiera austriaca tuvo funestas consecuencias, reduciendo el exiguo crédito con que contaba la región, agudizando la delicada situación económica caracterizada por una gran crisis agrícola y forzando a muchos Gobiernos a implantar controles de exportaciones de divisas que redujeron drásticamente el comercio.

Johann Schober , excanciller austriaco, ministro de Asuntos Exteriores durante gran parte de la crisis y defensor de la unión aduanera con Alemania para resolver los problemas económicos austriacos.
El canciller alemán Brüning (izquierda), junto con el ministro de Asuntos Exteriores Curtius , principal defensor de la unión aduanera con Austria que la crisis financiera frustró.