Quién mató a mi padre

Con técnicas narrativas similares a sus novelas anteriores Para acabar con Eddy Bellegueule (2014)[2]​ e Historia de la violencia (2016),[3]​ como el carácter autobiográfico,[4]​ la narración en primera persona o el tono ensayístico, la trama es una denuncia social sobre las desigualdades sociales de la Francia contemporánea.

Con una historia personal en la que algunos temas han sido recurrentes en su familia, como la vergüenza, la pobreza, la incultura o la homofobia, el narrador se ve impelido a volver al domicilio paterno ante el deterioro de la salud de su padre.

El ejemplo es el deterioro del cuerpo de su padre, que está experimentando una dura vejez, consecuencia de una vida laboral en trabajos físicamente duros, mal remunerados y mal considerados socialmente.

[8]​ Perre Vavasseur para Le Parisien calificó el libro de «rabioso y conmovedor».

[11]​ Bruno Roger-Petit, en el diario L'Opinion, afirmó que la novela fue recibida de forma positiva por los asesores del Elíseo,[12]​ calificando el diagnóstico realizado por Édouard Louis de «muy macroniano» (próximo a los postulados de Emmanuel Macron)[11]​ lo cual irritó al autor que respondió que escribe «para avergonzar al presidente» y «para dar armas a quien luchan contra él».