Édouard Louis

Louis creció en el seno de una familia pobre sostenida con ayudas del gobierno: su padre era un obrero desempleado y su madre se ganaba la vida cuidando ancianos.

[3]​[4]​ La pobreza, el racismo y el alcoholismo le rodean desde su niñez, así como la violencia, temas que aborda en su obra literaria.

La insubordinación como herencia) en la que analiza la influencia de Pierre Bourdieu en el pensamiento crítico y la emancipación política.

[14]​[15]​ Didier Eribon habló de la «enorme gesta» del libro y Le Monde y Les Inrocks elogiaron Louis como «un gran escritor que recuerda Thomas Bernhard», mientras que Xavier Dolan destacó «la autenticidad inconfundible de los diálogos, como si Édouard Louis hubiera escrito siempre».

[19]​ Se convirtió también en un fenómeno editorial en su país, pese a contar con una primera edición de 2.000 ejemplares, dado que la temática abordada hacían albergar dudas de cara a su recepción tanto para el autor como para la editorial.