En 1989 comenzó a trabajar como ejecutivo de publicidad, autor, locutor y editor.
En 2005 asistió, con Alain Decaux, Richard Millet y Jean-Pierre Thiollet, al Salón del libro en Beirut.
[3] Dijo al respecto: "Fue horrible, pasé la noche en la comisaría del distrito VIII; en una celda más pequeña que este lugar.
A la mañana siguiente, el fiscal me reconoció y se propuso dar un escarmiento.
La noticia se filtró a la prensa y me encerraron en la Conciergerie, la fortaleza donde estuvo recluida María Antonieta.
A finales de 2013 Beigbeder resucita la revista erótica Lui, que había sido dirigida[4] en los años 60 y 70 por el intelectual Jacques Lanzmann y François Truffaut hacía la crítica de cine.
Para Beigbeder, el erotismo: “tal vez siga despertando algo de culpabilidad cristiana.
Ese pequeño escalofrío no hace más que intensificar el goce”.
En su última novela, Oona y Salinger (Anagrama, en castellano) novela un episodio desconocido del autor de El guardián entre el centeno,[5] su relación fallida con Oona O'Neill, celebrity e hija del dramaturgo Eugene O’Neill.
La historia del breve romance de principios de los cuarenta acabó cuando Oona le reemplazó por Charlie Chaplin, con quien se casó cuando Salinger se fue a Europa para luchar en la Segunda Guerra Mundial.
Fue musa de Orson Welles y Truman Capote, que se inspiró en ella para su Desayuno con diamantes.
En su artículo "Ningún algoritmo lleva bigote" (en enlaces externos) generó gran controversia en la red acreditándose una escasa sensibilidad y valía periodística.
Beigbeder comenta así su popularidad: "No comprendo a esas personas que buscan la fama durante años y cuando la conquistan se quejan.