Se sirve bañado en dos salsas, una similar al bechamel llamada kol pero hecha ya sea con masa de maíz o con harina de trigo, caldo de pavo y otros condimentos que incluyen al epazote que se pone como base y otra roja elaborada con tomate y chiles no picantes y un toque de habanero que se pone encima.[1] Este platillo tiene su origen en Curazao, en el Mar Caribe, en el siglo XVII.Los esclavos africanos entonces rellenaban esta cáscara con verduras y diversas carnes que tuvieran a la mano, para preparar un plato llamado Keshi Yena [2] (Literalmente "queso relleno" en Papiamento, el idioma de las Antillas Neerlandesas).Tal vez la más acertada sea la versión que desde mediados del siglo XIX, este queso llegó por Belice que después se convirtió en una zona de libre importación y era comprado por yucatecos en la ciudad de Chetumal, Quintana Roo, ciudad que desde entonces mantuvo un comercio intenso con el protectorado británico.[3] El queso relleno como platillo yucateco tiene una receta que lo hace diferente al keshi yena, ya que en la versión Yucateca el queso se baña de una salsa blanca llamada kol a la que se le agrega salsa de tomate y chile habanero, lo que le da al platillo un gusto diferente al de su acepción original.