Qasim Amin

Rechazó la ocupación británica, en su libro Les Egyptiens, libro que Qasim Amin publicó en 1894, como respuesta a la obra del duque de Harcourt, L’Egypte et les Egyptiens, de 1893, donde se expone el ideario colonialista británico respecto a Egipto.

Sin embargo, años después le confió a un amigo que no estaba satisfecho con tal defensa.

Al volver a Egipto contrajo matrimonio emparentando con una familia egipcia aristocrática y desarrollando su carrera profesional en puestos de relevancia como jurista.

Qasim Amin estaba inmerso en todo ese movimiento reformista, en la nahda, en campos como la educación o la jurisprudencia.

Amin estuvo influenciado por varios pioneros del movimiento, en particular por Muhammad Abduh, para quien se había convertido en traductor, mientras estaba en Francia.

[8]​ Las citadas aleyas permiten enseñar partes del cuerpo a extraños pero no especifican en qué situaciones.

[9]​ Amin afirma que el velo, tal y como fue luego impuesto, impide la igualdad entre hombres y mujeres, reconocida por el islam, porque no es posible identificar la identidad del sujeto que está detrás del velo.

Se espera que sea «una agradable mascota cuyas necesidades son cubiertas por su dueño a cambio de entretenimiento.

Es un vestigio de sociedades primitivas en las que la mujer se consideraba una especie única situada entre el ser humano y los animales.

Está condenada a desaparecer, entre otras cosas por la mayor concienciación y formación de los hombres.

Por lo tanto la liberación de la mujer y su emancipación sería la base para un Egipto fuerte e independiente.

Mantuvo su creencia en la dominación patriarcal sobre las mujeres, aunque abogó por modificar la legislación que afecta el divorcio, la poligamia y la abolición del velo.

Este libro fue considerado de naturaleza más liberal, pero usó el darwinismo social como argumento.

Estas críticas pueden resumirse en que la maternidad racional y científica ocupa un lugar central tanto en el discurso colonialista, en que las mujeres son “marcadas” como ignorantes y atrasadas, como en el discurso nacionalista aparentemente feminista de Amin.

Tanto unos como otros declararon que las madres incultas e “ignorantes” no eran aptas para la formación de las nuevas generaciones.