En 2012, según un reporte del Conservation Leadership Programme (CLP), se reportaron menos de doscientos cincuenta ejemplares que poblaban una reducida zona del estado brasileño de Ceará.
[4] En 1900 Salvadori describe a una ave enjaulada de entonces desconocida procedencia como Pyrrhura griseipectus.
Años más tarde en 1929, Hellmayr ubica al taxón en el noreste de Brasil a partir de siete especímenes recolectados en la Serra do Baturité en Ceará.
[6] La literatura respecto al ave puede referirse a ella de ambas maneras.
Encontraron que ocupaban manglares, restingas, así como plantaciones de coco abandonadas.