Aunque el origen del asentamiento no es preciso, muchos arqueólogos piensan que pertenece a la Edad de Hierro (durante el periodo talayótico inicial) y que especialmente fue habitada entre el año 800 a. C. hasta 123 d. C. cuando se llevó a cabo la conquista de la isla por el Imperio Romano.
Desde la cima de la montaña se divisa una amplia vista panorámica lo cual explica la elección del lugar por sus antiguos pobladores.
Al estar posicionado en una zona con una gran actividad turística, hace que esté muy bien comunicado, no solo con los territorios del mismo término municipal, sino también con otros puntos turísticos como Alcudia, El Arenal o toda la zona del levante.
Posteriormente, a partir del siglo VI AC, se edificaron las cuatro torres con la finalidad de tener un gran control visual.
Durante ese periodo hubo la presencia de intercambios comerciales entre la población y los mercaderes.
una buena parte de la población abandonan su hogar para luchar en las guerras púnicas.
Finalmente, se produjo el abandono definitivo del territorio en el año 123 a. C. con la invasión del Imperio romano aunque según M. Calvo (2002: 48) hasta el año 1229, con la llegada de Jaime I, hubo despoblamiento en el lugar.
En cambio la agricultura no fue tan productiva que la ganadería, sin embargo, se han encontrado semillas de cereales silvestres.
Esta construcción defensiva otorgaba una visión que se extendía incluso hasta el mar.