Un puente térmico es una zona puntual o lineal, de la envolvente del edificio, en la que se transmite más fácilmente el calor que en las zonas aledañas, debido a una variación de la resistencia térmica.
Actualmente, las normativas obligan a reducir la demanda y el consumo energético de los edificios, como la directiva europea sobre la eficiencia energética de los edificios[1] que obliga a soluciones constructivas para reducir al mínimo las pérdidas por los puentes térmicos.
Los puentes térmicos pueden estar en el propio cerramiento como es el caso de pilares, huecos y persianas.
Una fábrica de albañilería que sea interrumpida por un pilar o una viga, experimentará un puente térmico en esa zona, pues el pilar o viga, transmiten mejor el calor, provocando una pérdida y apareciendo un "punto frío" que puede provocar condensación.
Generalmente son observables patologías (zonas húmedas con moho) en estos puentes térmicos.