San Juan del Río, por su situación geográfica, era paso obligado para la arriería y carreros que iban al Norte y Poniente de la Nueva España.
Desde mediados del siglo XVII se le llamó "Garganta de toda Tierra Adentro".
Oficialmente, no tiene nombre asignado, pero se le conoció desde antaño simplemente como “Puente de Piedra”.
En ese año, la imagen del puente sirvió como distintivo para dichos festejos, utilizándose además el lema "San Juan del Río, Puente de la Historia".
Ha resistido todo: fuertes corrientes, pesadas cargas, vandalismo, etcétera, pero sigue en pie y sin duda es una joya queretana.