Después de haber comprado un terreno muy grande en la meseta que dominaba el Tarn, el conde decidió aprovecharlo para crear allí una nueva ciudad.
La ciudad no compró la tierra necesaria para la construcción hasta 1291.
Los cónsules fueron convocados para participar en la construcción del puente y de pagar los impuestos previstos.
La torre en la orilla derecha fue destruida en 1663 para despejar el palacio episcopal, actual Museo Ingres.
[3] El puente, cuyo parapeto estaba almenado, sirvió como defensa de la ciudad durante el primer asedio de Montauban, en 1562, durante el cual se dañó la torre del lado derecho del río.
La torre en la orilla derecha, donde vivía el verdugo, fue destruida para permitir la construcción del palacio episcopal, en 1663.
Una placa grabada colocada sobre una pilona del puente recuerda esta reparación.
Hizo construir en su lugar una puerta en ladrillo y piedra formando un arco de triunfo que celebraba una victoria de Luis XIV con un frontón triangular que lleva las armas del rey.
En 1828, el municipio creó aceras en la plataforma y reemplazó los parapetos con barreras metálicas.
El puente tiene 205 metros de largo y tiene un tablero plano, algo raro en la Edad Media.
Siete arcos ojivales, provistos de tajamares, se perforan con aberturas altas para evacuar más agua durante las crecidas.