[6] Las sillerías están talladas y apiladas sin juntas ni cuñas, con lo que se consigue una resistencia parecida a la de la propia piedra.
Las rocas están grapadas entre sí con espigos de madera dura o hierro para darles más resistencia.
[7] Las pilas tienen tajamares triangulares aguas arriba rematados por unos sombreretes que se añadieron en 1861 con motivo de unas reformas.
[2] Para su construcción, se eligió un lugar donde el río Bibey transcurre encajonado, siendo el lecho bastante uniforme con una profundidad de 3 metros.
[2] Desde tiempos romanos, nunca ha perdido su función del obra útil, siendo este hecho clave en su conservación.