Jornadas de Protesta Nacional

Otra forma fue en manifestaciones callejeras diurnas en las ciudades, donde era fácil pasar a ser anónimo o mezclarse entre la muchedumbre en caso de represión.Si bien siempre se llamaba a "paro" de actividades, estos no eran visibles ni importantes políticamente, por la represión interna en las empresas o porque los medios oficiales de comunicación permanentemente mostraban que los paros no eran acatados.La prensa oficialista nunca se refería a los llamados ni cubría las manifestaciones callejeras.En las primeras horas era normal ver un ausentismo en las escuelas y empresas, motivados en parte por la falta de locomoción colectiva.Comúnmente ya había algún microbús quemado antes de la salida del sol.[2]​ Durante el día se multiplicaban pequeñas marchas y manifestaciones callejeras por las calles céntricas, las que eran fácilmente reprimidas.Sin embargo las manifestaciones más importantes por lo masivas y duraderas se daban en los campus universitarios.Los estudiantes detenían el tránsito y tras enfrentarse con los vehículos policiales se replegaban hacia los establecimientos.Apenas se ocultaba el sol en las poblaciones se comenzaban a cerrar las calles con barricadas que eran defendidas con piedras, palos y a veces bombas molotov de la represión de carabineros y muchas veces militares.Su magnitud, diversidad y fuerza, sorprendió no sólo al gobierno, sino que a sus propios organizadores.Esta vez 18 mil efectivos militares salieron a las calles, protagonizando una represión que dejó un saldo de 29 muertos, 200 heridos y 1.000 detenidos.
Panfleto convocando a la Tercera Jornada de Protesta Nacional (12 de julio de 1983).
Manifestación diurna en contra del régimen en 1985.
Joven creando una barricada en la principal avenida de Santiago de Chile.
Panfletos de distintas calidades llamando a la tercera protesta del 12 de julio