Un probador o vestier[1] es una habitación destinada a cambiarse de ropa en los establecimientos comerciales.
Pueden contar también con banquetas u otros pequeños muebles y se cierran mediante una puerta o una cortina corredera.
Émile Zola describió su existencia en su novela Au Bonheur des Dames (1883), señalando que estaban prohibidos para hombres.
Algunos años más tarde, cuando Henri Gervex, que pintó Jeanne Paquin en 1906, ya no ocurría eso.
Ello es posible a través de la parte de la realidad virtual denominada realidad aumentada que se crea al añadir a elementos reales, otros que son virtuales[2] Otra opción consiste en escanear el cuerpo y mostrarlo en tres dimensiones en un ordenador.