En los Hechos 5 del Nuevo Testamento, se narra cómo los apóstoles de Jesús son llevados ante el Sanedrín de Jerusalén, que actuaba como un sistema judicial judío.[14][10]Según el Pulpit Commentary', «no cabe duda» de que ser fariseo «le disponía más bien a resistirse a los violentos consejos de los miembros saduceos, y tanto más cuanto que la doctrina de la Resurrección estaba en tela de juicio.»[14] Según Alexander Maclaren, Gamaliel era conocido por ser «prudente, sabio, cauto y tranquilo, tolerante, opuesto al fanatismo y la violencia», por lo que no es de extrañar que hubiera dado consejos como éste.Algunos cristianos han argumentado que el principio de Gamaliel debería guiar a los cristianos cuando interactúan con otras religiones o denominaciones, y que seguirlo evitaría la violencia religiosa y la intolerancia.[20] Pat Boone utilizó lo que denominó «la actitud de Gamaliel» para argumentar que los organismos eclesiásticos deberían «“juzgar los frutos” antes de [hacer] pronunciamientos precipitados o rígidos».[23] Un escritor argumentó en contra del principio de Gamaliel aplicado a la ordenación de mujeres, diciendo que el tiempo que llevaría determinar si era correcto produciría «un daño profundo y duradero a la Iglesia».
El
Sanedrín
estaba formado por rabinos judíos que actuaban como jueces