[5] También en 1958, España ingresó en la Organización Europea para la Cooperación Económica (OECE) y en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
[12] Sin embargo, los salarios permanecieron casi congelados entre 1957 y 1961, y hubo una oleada de emigración desde España hacia otros países europeos más industrializados, lo que hizo que el cambio fuera impopular entre los trabajadores.
[16] Pensando en su propia sucesión, Franco celebró en marzo de 1960 una entrevista con Juan de Borbón, pretendiente al Trono, durante la que se acordó que su hijo Juan Carlos continuara sus estudios en España.
El PNV seguía manteniendo el Gobierno vasco en el exilio junto con ANV, los republicanos y el PSOE.
Esta característica posibilitaría que su rama vasca, la Euskadiko Sozialisten Batasuna (ESBA), llegara a converger con ETA en el futuro.
[26] Las demás organizaciones de oposición eran pequeños grupos más parecidos a tertulias que a partidos políticos: la Acción Democrática del antiguo falangista Dionisio Ridruejo, la Democracia Social Cristiana de José María Gil Robles, la Unión Demócrata Cristiana del también exministro Manuel Giménez Fernández o la monárquica Unión Española de Joaquín Satrústegui.
[nota 2] Aunque este comportamiento fue condenado por el cardenal primado de España, el conservador Enrique Plá y Deniel, la posterior represión policial contra la HOAC motivó que el mismo primado escribiera en noviembre una dura carta de protesta a José Solís, ministro secretario general del Movimiento por esas fechas.
[35] Pasarán más de dos años hasta que se intente realizar el primer atentado.
[nota 4] El atentado resultó ser un completo fracaso;[40] el maquinista se percató del hecho y no solo el tren no descarriló,[41] sino que se desencadenó una durísima represión gubernamental que conllevó la detención de numerosos militantes y el exilio de otros.
[46] Estos militantes refugiados en Francia encontraron una recepción muy hostil por parte del PNV, que todavía se sentía traicionado por la escisión de EGI.
Su número exacto es confuso, pues Iker Casanova habla de catorce[51] mientras que José María Garmendia solo menciona a siete.
Su escaso número es fiel reflejo de lo reducida que había quedado la organización tras las detenciones y deserciones.
[53] En cuanto al adjetivo «revolucionario», no debe ser entendido en un sentido socioeconómico sino en el de la lucha por la «liberación nacional»;[37] ETA había surgido de un partido conservador y católico como el PNV, con el que no había roto todavía ideológicamente,[54] y carecía del ideario socialista que desarrollaría con posterioridad.
Respecto al régimen político que debería tener el nuevo Estado vasco, la Asamblea defendió un sistema democrático representativo, con respeto a los derechos humanos.
[37] Está claro que la organización era plural desde el punto de vista ideológico, si bien el nacionalismo aranista renovado proporcionaba cohesión al conjunto.
Sin ir más lejos, justo por entonces el propio régimen franquista se disponía a construir un auténtico sistema de Seguridad Social.
[61] Ahondando esa postura, la Asamblea rechazó expresamente el racismo,[37] muy desacreditado para entonces desde los crímenes contra la humanidad cometidos durante la II Guerra Mundial.
[62] No obstante, consciente de la debilidad del euskera, la organización admitía un período transitorio en el que el español y el francés seguirían siendo lenguas cooficiales.
[nota 5] En el plano religioso, la Asamblea defendió la aconfesionalidad del futuro Estado vasco independiente.
[37] Se rompía también en este aspecto con el nacionalismo aranista tradicional, que empleaba el catolicismo como segundo elemento constitutivo de la identidad vasca, tras el racial.
Aunque podía interpretarse que su intención había quedado de manifiesto al nombrar a Julen Madariaga como responsable «militar», lo cierto es que no se debatió la forma o límites de la acción armada.
La omisión daría lugar a posteriores pronunciamientos encontrados en Zutik!, incluso con defensa de posiciones pacifistas, hasta que el propio Madariaga zanjó definitivamente la cuestión afirmando que «nos hallamos en guerra contra el ocupante extranjero».
[51] La «Declaración de Principios» aprobada por la Asamblea no contenía nada nuevo respecto a lo ya publicado previamente por ETA o incluso por Ekin.
[75] ETA difundió la Declaración publicándola en cuatro idiomas e imprimiendo 30 000 ejemplares de la misma que fueron repartidos por todo el País Vasco.
En esta última región se optó por desplazar a activistas del País Vasco que repartían la revista Iratxe como si hubiera sido publicada allí.
[77] Con posterioridad, ETA iría creciendo paulatinamente, ganando adeptos, evolucionando ideológicamente hacia la izquierda y utilizando la violencia con mayor éxito.