El potencial hídrico hace referencia a la energía potencial del agua, o sea, la energía libre que poseen las moléculas de agua para realizar trabajo.
Cuantifica la tendencia del agua de fluir desde un área hacia otra debido a ósmosis, gravedad, presión mecánica, o efectos mátricos como la tensión superficial.
Es un concepto generalmente utilizado en fisiología vegetal que permite explicar la circulación del agua en las plantas; como así también en los animales y el suelo.
El potencial hídrico está constituido por varios potenciales que influyen sobre el movimiento del agua, que pueden actuar en las mismas o diferentes direcciones.
Por ejemplo, la adición de solutos al agua disminuye su potencial hídrico, haciéndolo más negativo, como también un incremento en la presión aumenta su potencial, haciéndolo más positivo.
El potencial presión de una célula vegetal viva es generalmente positiva.
Por ejemplo, cuando un soluto se disuelve en agua, las moléculas de agua tienden a difundir hacia fuera a través de ósmosis, que cuando no se agrega ningún soluto.
Si una célula viva con un potencial soluto se encuentra en medio de una solución más concentrada, la célula tenderá a perder agua hacia el potencial hídrico más negativo (
Este caso se da generalmente en organismos marinos que viven debajo del agua de mar y plantas halófitas que crecen en suelos salinos.
Esto se puede medir en plantas utilizando bombas de presión.
[2] Cuando el agua entra en contacto con partículas sólidas (como por ejemplo partículas de arcilla o arena del suelo), las fuerzas intermoleculares de adhesión entre el agua y el sólido pueden ser grandes e importantes.
Los potenciales mátricos son muy importantes para la economía del agua de una planta.