Esta se dispone sobre las partículas del terreno en una capa de 15 a 20 moléculas de espesor y se adhiere a la partícula por adhesión superficial.
En otras palabras esta porción del agua en el suelo no es utilizable por las plantas.
Debido al carácter dipolar del agua, su extremo es atraído por las cargas negativas de coloides, por lo cual se forma una nueva capa superficial negativa que orienta y retiene otra capa de agua, llegando a tres o cuatro capas.
Es absorbida directamente de la humedad atmosférica, forma una fina película que recubre a las partículas del suelo.
Se mantiene en el suelo gracias a las fuerzas derivadas de la tensión superficial del agua.