La adhesión es la propiedad de la materia por la cual se unen y plasman dos superficies de sustancias iguales o diferentes cuando entran en contacto, y se mantienen juntas por fuerzas intermoleculares.
Otra forma de ver la energía superficial es relacionarla con el trabajo requerido para escindir una muestra a granel, creando dos superficies.
Si las nuevas superficies son idénticas, la energía o tensión superficial (γ) de cada superficie es igual a la mitad del trabajo de escisión: γ = (1/2)W.[cita requerida] La energía superficial es proporcional a la adhesividad del material.
[cita requerida] Si las superficies son desiguales, se aplica la ecuación de Young-Dupré: W12 = γ1 + γ2 – γ12, dónde γ1 y γ2 son las energías superficiales de las dos nuevas superficies, y γ12 es la energía interfacial.
[1] Cinco mecanismos han sido propuestos para explicar por qué un material se adhiere a otro.
Es un método similar a la tensión superficial Dos materiales pueden formar un compuesto al unirse.
Este efecto puede ser una propiedad permanente o temporal debido al movimiento continuo de los electrones en una región.
Este enfoque asume que el menor ángulo de contacto corresponde a una mayor energía superficial.
[4] Cuando se habla de adhesión, es necesario convertir esta teoría en términos relativos a las superficies.
Estas fuerzas se observan fácilmente a través del salto espontáneo de superficies lisas en contacto.
[5] Las superficies de polímero lisas y simples -sin ninguna microestructura- se utilizan habitualmente para estas propiedades adhesivas dispersivas.
Es importante señalar que estas fuerzas también actúan a distancias muy pequeñas: el 99% del trabajo necesario para romper los enlaces de van der Waals se realiza una vez que las superficies se separan más de un nanómetro.
[2] Algunos materiales conductores dejan pasar electrones formando una diferencia de potencial al unirse.
Esto da como resultado una estructura similar a un condensador y crea una fuerza electrostática atractiva entre materiales.
Esto puede ocurrir cuando las moléculas de ambos materiales son móviles y solubles el uno en el otro.
Los polímeros reticulados, por el contrario, son más libres para pasear en la fase adyacente al extender las colas y los lazos a través de la interfaz.
Una vez al otro lado de la interfaz, las colas y los bucles forman enlaces favorables.