Más adelante, se construyó también el cuartel general, la Casa Consistorial, el Ayuntamiento y la cárcel.
En 1830, las fuerzas centralistas que tomaron la capital del estado derrotando a los federalístas, derribaron el obelisco ubicado en el centro de la plaza.
En conmemoración a este evento, se levantó un obelisco en la Alameda, el cual en 1870 fue trasladado a la plaza de la Constitución para conmemorar la expulsión de los invasores franceses en 1864.
El obelisco estaba coronado con un águila mexicana posada en un nopal y devorando una serpiente.
Dicho monumento se localizaba en medio de la plaza y se levantaba sobre un amplio zócalo octagonal de un metro de altura con escalinatas en los cuatro lados, que sostenía un alto obelisco coronado con un águila nacional, la cual fue trasladada desde la Alameda.
La Plaza de Armas, ha sido remodelada en varias ocasiones, cambiándole mucho su aspecto original que tuvo en la época colonial.