[2] Aunque hoy el desierto occidental de Egipto está totalmente seco, no siempre fue así.
Es posible que los primeros grupos de pobladores del período Neolítico se sintieran atraídos por esta región debido a la fuente de agua y al pasto para el ganado vacuno.
Los hallazgos arqueológicos indican la existencia de asentamientos en esta región en fechas comprendidas entre el décimo y el octavo milenio a. C.[2] Alrededor del X milenio a. C., esta región del desierto de Nubia poseía gran pluviosidad, generándose un lago.
[2] También, en el VII milenio, pero algo más tarde, se trajeron cabras y ovejas, aparentemente del noroeste.
[2] Los descubrimientos arqueológicos revelan que estas personas prehistóricas organizaban su supervivencia, aparentemente, con un mayor nivel de organización que sus contemporáneos del Valle del Nilo:[2] Se encontraron también pruebas de que la región solo era ocupada según la estación, probablemente sólo en verano, cuando el lago se llenaba de agua y había pasto para el ganado vacuno.
[5][2] Los análisis de los restos humanos sugieren migraciones desde el África subsahariana[5] del tipo humano que actualmente aun permanece en el África oriental (Eritrea, Somalia) anterior a la expansión bantú y más cercano a los pastores blemios, masais y oromo.
Además, según Brophy, las seis piedras centrales y sus diferentes inclinaciones también formarían parte del observatorio.