Plan Rogers

En 1956, Israel, el Reino Unido y Francia invadieron Egipto de manera coordinada en lo que pasó a conocerse como la Guerra del Sinaí.

Mientras que Israel reclamaba un reconocimiento formal de su soberanía y pretendía obtenerlo mediante conversaciones de paz directas con Egipto, Egipto sólo se comprometía a ofrecer una paz patrocinada por las Naciones Unidas, lo que permitiría a Egipto evitar una crisis política con el resto de naciones árabes, que se oponían vehementemente a cualquier acuerdo con Israel.

[6]​ Ambas partes interpretaron el estancamiento de las negociaciones como un punto muerto que solo se podía solucionar mediante acciones militares.

Mientras que el punto de vista del gobierno estadounidense consistía en ofrecer armas a cambio de obtener concesiones territoriales por parte de Israel, estos aspiraban a obtener esas armas para mantener el territorio que se negaban a abandonar.

Las negociaciones que acabaron desembocando en el Plan Rogers fueron complicadas no solo por las hostilidades entre Egipto e Israel, sino también por los enfoques contrarios de la URSS y los EE. UU.

Nunca se plantearon tratar de persuadir a los israelís para que aprobasen cada movimiento realizado por los estadounidenses.

El presidente Nasser lo rechazó también porque supondría un acuerdo de paz por separado con Israel, incluso aunque Egipto recuperase todo el Sinaí.

[2]​ La rigidez del ejército israelí supuso un contratiempo político con los Estados Unidos, pero Nasser había obtenido un respiro que le valió para consolidar sus sistemas de misiles defensivos, que se habían incrementado desde la guerra.

[13]​ En junio de 1971, Rogers comenzó a elaborar un plan para un acuerdo interino a ambos lados del Canal de Suez, al que en ocasiones se conoce como el "Tercer Plan Rogers.

Esta propuesta implicaba que Israel aceptaría la soberanía egipcia sobre toda la península del Sinaí, a cambio de que Egipto aceptase la presencia militar israelí en algunas posiciones estratégicas de esta región.

Kissinger no quería implicar a la Unión Soviética o cualquier otro país árabe aliado de los egipcios, esperando forzar así que este país se viese aislado y se encomendase a los Estados Unidos en lugar de la Unión soviética.

[18]​ Nasser se anticipó y evitó cualquier movimiento que le llevase a negociaciones directas con Israel.

William P. Rogers , autor del plan de paz.
El presidente de los EE.UU. Richard Nixon y la primera ministra israelí Golda Meir en una reunión en el Despacho Oval el 1 de marzo de 1973. El Consejero de Seguridad Nacional de Nixon, Henry Kissinger , aparece a la derecha de este.