A pesar de las mejoras posteriores, a Bruselas le faltaba un palacio real digno de este nombre y, en 1904, Leopoldo II, insatisfecho por esta situación, decidió transformarlo completamente.
En esta ocasión, la Place des Palais, ampliada en detrimento del parque, recibió su aspecto rectilíneo actual.
Tanto por sus dimensiones como por su situación privilegiada frente al Palacio Real, la Place des Palais se presta a la celebración de ceremonias oficiales.
El 21 de julio, día de la Fiesta nacional, es aquí donde se realiza el desfile militar y civil al que asisten la familia real, los cuerpos oficiales del Estado y el cuerpo diplomático.
[4] El 5 de agosto, la plaza alcanzó un récord de afluencia: entre cien mil y doscientas mil personas que querían dar un último homenaje al cadáver del rey expuesto en el Palacio Real se reunieron en la plaza a lo largo del día.