[nota 1] En ella se incluía la hora, el minuto, el segundo y el dato que las diferenciaba de las cintas domésticas: el cuadro.
[nota 2] Era una pista horizontal y no oblicua como las empleadas para registrar la imagen,[1] por lo tanto necesitaba del cabezal que realizaba la llamada grabación por assamble.
Pero había que montar y desmontar cintas, además, no se veían las imágenes como en una película de cine.
Debe tenerse presente que cada segundo de vídeo lo pueden componer 25 o 30 cuadros, las diferencias entre normas las explica Carrasco (2010, p. 99 y siguientes).
El poder identificar rápidamente cualquier imagen ahorró muchas horas al evitar el deber acercarse muy lentamente hasta localizar el cuadro o, por el contrario, pasarse y tener que rebobinar.
Estos dispositivos poseían una pequeña computadora, la cual podía manejar los magnetoscopios conectados a ella y los hacía repetir acciones idénticas las veces que se quisiera o rebobinaba las cintas hasta el punto que se le indicase de la forma más rápida posible, según Browne (2003).