La corteza se usa para tratar alcoholismo, asma, bronquitis, cefalea, delirio, dolor de muelas, insomnio, histeria, neuralgia, tos ferina y rabia.
Los textos mayas prescriben la decocción de la hoja en baños con fines medicinales (asma, fiebre, tinea) y tóxicos.
Se le atribuyen propiedades analgésicas, anestésicas, antisépticas, ictiotóxicas, insecticidas, midriática, narcótica, purgante, sedante, sudorífica.
y publicado en Contributions from the Gray Herbarium of Harvard University 70: 71, en el año 1924.
[1] Se conoce popularmente como: barbasco, chijol, habín, llorasangre, papaché, palo de zope, zopilote.