Pedro Valdo

No debe ser confundido con su contemporáneo Pierre des Vaux (1182-1218), monje cisterciense e historiador de la herejía albigense.

De espíritu inquieto, procuró además instruirse en la medida que su época lo permitía a los seglares.

Un inquisidor los describe viajando de un pueblo a otro y vendiendo mercaderías para lograr entrar en las casas.

Los predicadores itinerantes difundían un tipo de religiosidad más viva e intensa que la oficial, porque se hacía en lengua vulgar y al aire libre.

Todavía entonces eran considerados solamente como laicos ignorantes, aún no “herejes” (fuera de la doctrina oficial).

Sin embargo, ya fue imposible soslayar la excomunión cuando, en el Concilio de Verona (1184) y bajo un nuevo papa, Lucio III, se condenó explícitamente a los Pobres de Lyon y se vieron obligados a abandonar esta ciudad.

Se cree que el número de valdenses en Austria llegó entonces a los ochenta mil.

Estatua de Pedro Valdo en el monumento en memoria de Martín Lutero en Worms , Alemania .