Con su ingeniero Paul David, desarrolló el convertidor y el procedimiento Manhès-David, que sería ampliamente adoptado especialmente en los Estados Unidos.
En 1839, dejó su pueblo con su hijo Antoine y comenzó una carrera como comerciante de metales en Lyon.
Al año siguiente, compró una fundición, que estaba en decadencia, en el número 35 del quai Fulchiron.
Pero unos años más tarde, las limitaciones del proceso se hicieron evidentes, y no fue hasta 1877 cuando Sidney Thomas lo llevó a su plena madurez.
"Después de muchos errores de cálculo,[7] "comprendió cuales eran las adaptaciones a realizar para asegurar el éxito del soplado:[7] Estas dos operaciones implican corregir constantemente la inclinación del convertidor durante el soplado.
Sin embargo, Pierre Manhès no dudó en explorar otros métodos para refinar el níquel, como la fusión en presencia de cloruros.