Su nombre se menciona por primera vez como uno de los designados para mandar una trirreme en el río Hidaspes.
[1] Antes a esto no lo mencionan en ningún comando de importancia; pero es evidente que debe haberse distinguido por su valor personal, pues fue la persona seleccionada por Alejandro para llevar antes de una batalla el estandarte sagrado, que él había tomado en el templo de Atenea en Troya.
En esta situación estaba al lado del rey en el asalto a la ciudad capital de Malwa (325 a. C.); y todos los autores convienen en atribuirle la responsabilidad principal en salvarle la vida a Alejandro.
No parece que tomara parte principal en las discusiones que sobrevinieron después de la muerte de Alejandro, pero en la división de las provincias que siguieron, obtuvo la renovación de su gobierno de Persia, que también conservó en la segunda partición de Triparadiso en el año 321 a. C. Toda su atención parece haber sido dirigida a su consolidación en esta posición, y a ampliar su poder e influencia lo más lejos posible; en las cuales Peucestas tuvo éxito, hasta cuando le obligaron a que tomara parte activa en la guerra entre Antígono I Monóftalmos y Eumenes (317 a. C.), obtuvo por consentimiento común ser el principal comandante de todas las fuerzas equipadas por las satrapías al este del río Tigris, y aceptó con dificultad renunciar a sus pretensiones a la dirección suprema de la guerra.
Su conducta a través de estas campañas demuestra que deseó para sí mismo la comandancia en jefe, y no tuvo la capacidad para ordenar y la moderación para seguir el juicio superior de otros.