[3] En 1452 firmó una copia libre del Juicio Final de Jan van Eyck, en cuyo entorno se le ha supuesto formado, habiendo sido generalmente considerado el principal discípulo y seguidor directo del maestro,[4] del que habría completado además dos obras inacabadas a su muerte: el San Jerónimo de Detroit, Institute of Arts, y la llamada Madonna Rothschild (La Virgen y el Niño con santa Bárbara, santa Isabel y Jan Vos), de Nueva York, Frick Collection.
[5] La tabla del Juicio Final, ahora conservada en Berlin-Dahlem, Gemäldegalerie, puerta lateral derecha de un tríptico desmembrado, simplifica el modelo eyckiano de una forma que le será muy característica, eliminando todo lo que considera superfluo para buscar mayor sencillez y un lenguaje más popular.
Por otro lado, el panel izquierdo del mismo tríptico, con la Anunciación y la Natividad, muestra influencias cruzadas del Maestro de Flemalle y de Rogier van der Weyden, cuyos estilos sintetiza.
[8] La concepción unitaria del espacio, a la que le condujo la simplificación de los modelos eyckianos, le llevará por otro lado a descubrir, de forma puramente empírica según Erwin Panofsky, la regla básica de la perspectiva lineal, al construir sus composiciones con un punto de fuga único (La Virgen con el Niño entronizados y santos Francisco y Jerónimo, 1457,Fráncfort, Städelsches Kunstinstitut), algo a lo que ni Van Eyck ni Van der Weyden habían llegado.
[4] Esa correcta utilización de la perspectiva geométrica y la existencia de ciertos vínculos con la pintura italiana, singularmente con Antonello da Messina,[9] hicieron suponer en el pasado un viaje a Italia nunca documentado.