Esta locución fue dada en alusión al extraño león (al que se confundía con un perro cuando esta se desgastaba)[2] que aparecía en el reverso, asimismo, se le llamaba perra chica a la moneda de iguales motivos en anverso y reverso con la mitad de peso, tamaño y valor (5 céntimos).
Fue emitida en 1870 por el Gobierno provisional, tras la reforma de 1868, en la que aparecían nuevas monedas, entre ellas la peseta.
Fue sustituida por nuevas monedas de 10 céntimos acuñadas en aluminio, que ya no mostraban los mismos anagramas, pero muchos siguieron llamándola igual.
Su anverso mostraba la matrona Hispania (heredada de la numismática de Adriano, en tiempos del Imperio romano[3]), sentada hacia la derecha sobre unas montañas que representan los Pirineos, con una rama de olivo en la mano que reposaba, junto a una leyenda que decía "DIEZ GRAMOS" y la fecha de acuñación.
Su reverso consistía en un león tenante, sosteniendo el escudo de España (que contiene León, Castilla, Aragón, Navarra y Granada en la punta) y una leyenda que decía "CIEN PIEZAS EN KILOG."