[1][2][3][4][5] En Segovia, al cruzarse diversas cañadas reales, fue un importante punto de encuentro de los diferentes pueblos de la península, motivo del origen de este deporte, muy relacionado con otros juegos de pelota, como la pelota valenciana o la pelota vasca.
[4] Surgió como una actividad lúdica y deportiva, no competitiva, clave en sus orígenes para la preparación física de caballeros para la guerra.
[6][3] Tras la Guerra Civil comenzaría una acuciante decadencia,[2] aunque es en el momento del inicio de la Transición cuando se sumió en un casi eclipse casi total.
[4] En la actualidad, múltiples iniciativas de construcción abundante de frontones y trinquetes en la región han puesto en el mapa a este deporte, aunque en muchos casos con reglas poco definidas y sin conocer su identidad histórica imitando a modalidades foráneas.
[4]Un ejemplo de este renacimiento contemporáneo es el Club Pelota Vallelado, en el municipio homónimo.