Miembro desde 1860 de las tropas asentadas en la Araucanía, en 1869 se retiró del Ejército, debido a problemas relacionados con los partidos políticos (él apoyo a Montt durante las revoluciones y ahora eran sus enemigos los instalados en el gobierno).
[2] En 1876 fundó la Logia Masónica Tolerancia 12 de Chillán,[2] junto a diez personalidades locales más.
[3] Al estallar la guerra, se le nombró comandante del regimiento de Santiago.
Pidió Lagos dejar su papel pasivo y hacerse cargo de la situación a Manuel Baquedano, quien le dio el permiso.
Así apareció Lagos dirigiendo la división Amunátegui, atacando los flancos izquierdo y centro de los peruanos, que para esos momentos se encontraban debilitados.
Su cuerpo fue trasladado a Santiago, siendo enterrado en el Cementerio General de dicha ciudad.